“Pintar es parte de mi vida como lo es el respirar, el reír, cultivar la tierra o viajar. Siento una gran conexión con la naturaleza de la que formamos parte y de la que recibo toda mi inspiración. Cuando mis manos agarran los pinceles y me siento frente al caballete el mundo se transforma y soy incapaz de ver nada feo, los colores se aparecen brillantes y el mensaje se funde entre las formas y los tonos, los corazones se abren y brotan como semillas, cantan como las aves en primavera, vibrando al mismo son de la tierra.”
Estos son tiempos muy productivos donde los días son demasiado cortos para poder plasmar todas las imágenes que se me ocurren. Mis manos vuelan, los óleos brillan y los proyectos se aparecen en el horizonte.
La magia de Costa Rica me atrapó por muchos años. Años de abundante producción como la tierra que me rodeaba. Llenos de luces y sombras, de aprendizajes y desaprenderes. El tiempo voló y las ideas brotaban envuelta de maravilla y de pura vida.
La ciudad de Londres fué para mí la universidad de la vida. Me enseñó conocer otras realidades y posibilidades. Buscando por sus rincones encontré nuevos materiales e ideas.
Recibí una beca para terminar la carrera de Bellas Artes en Roma. Se despertó mi interés por viajar, descubrir paisajes y culturas diferentes. Mi imaginación volaba mientras mi corazón buscaba nuevas aventuras y colores.
Durante este periodo estudié Bellas Artes en la Universidad de La Laguna en Tenerife, mi isla natal. Empecé a jugar con formas y colores, creando personajes y mundos imaginarios, experimentando con la técnica e investigando en mi interior.
